31 agosto 2011

Quisiera escucharte

Es como si el sonigo de tu voz estuviera negado para mi memoria. Si, recuerdo tu tono de voz pero no puedo escucharte diciéndome anda, es como si no hablaras. Cada vez que recuérdonos, nos veo a los dos en tu cama, como si to estuviera parada en la puerta. No pertenezco a esa imagen, sólo la observo.
No te recuerdo mirándome a los ojos diciéndome 'te amo', pero sé que lo hacías a menudo.
No te recuerdo amándome, pero sé que lo hacías todo el tiempo.
No recuerdo nuestro amor, sólo es una descripción de la relación y unos cuantos sentimientos. Un recuerdo muerto. El recuerdo de un recuerdo.
No hay nada que lo testifique, podría ser imaginación, son dos chicos enternecidos, conmovidos por el amor. Estás presente en otras cosas, en la moreleja que dejó tu paso por mi vida. Amar incondicionalmente.
Me dejaste el sabor.
Amargo, por tu ausencia.
Delicioso, por todos los colores que descubrí, porque me ayudó a volver a mi camino, y lo tomé. Porque me hizo crecer.
Me falta decirte es que no hacía falta tanto dolor.
Lo que más recuerdo es que me sentía orgullosa de ser tu compañera, de vos, de quien vos eras (e imagino que seguís siendo).
Tu nombre es desconsuelo, soledad, amor, crecimiento, descubrimiento, espera, recuerdo, llanto, tristeza, espera, espera, amor.
Y todas esas palabras te nombran, verás... te nombro bastante sefuido.
Qué triste pensar que tu nombre no te define sino que funciona como despertador de esos sentimientos, que todas esas palabras te definen para mi. Qué triste que la separación sea eterna, y que siempre evoques al dolor.
Al dolor de dejar partir.
Porque lo lindo de eso (el aprendizaje) me corresponde a mi es su totalidad, no participás.
¿Habrá alguna esperanza todavía de que vuelvas, que nos enamoremos otra vez uno del otro? ¿Habrá en mi corazón alguna lucecita encendida esperándote?






-ms


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