01 mayo 2013

tres (pero sin llevar la cuenta)

No podría definir con certeza.
No tengo contabilizadas las veces.
El tiempo que pasa. Y otra vez vuelvo a recordarte, maritr en mi memoria, pero cada vez más desdibujado... no creo que te extrañe. ni creo que tenga ganas de verte. tampoco creo que tenga mucho para contarte, no sabría que compartir con vos, no te imagino en estos momentos.
Incomunicación absoluta en esta relación. Hace tanto, eramos tan chicos, y quizás... ahora también. No me gustaría irme sin despedirme. Ya sabés, por si no vuelvo.
Pero tiene que importarte a vos, esas veces que nos escribimos, mencionaste el volver a vernos, cómo puedo saber que te pasa por la mente, qué pensarás de lo que pasó desde aquel día en Noviembre que dejamos de vernos.
yo sé que estás bien, me alegra saberlo.
Si quiero que sepas que tengo un montón de abrazos para vos, sí, para vos cuando quieras recibirlos.
Mis dedos van solos y escriben palabras porque están acostumbrados a escribirlas.
La costumbre...
Ya no tengo qué decirme, me sorprendo escribiendo mirando la pantalla sin saber qué volcar acá, en este espacio que es nuestro espacio, porque todo contiene un poquito de vos, porque estás en todas las cosas que hago diariamente, en lo que aprendí en lo que sigo aprendiendo y a veces cómo deseo, recibir esa llamada que seas vos el que habla, que nos tomemos unos mates, que sepas que no tengo nada que perdonarte, no sé qué pasó pero nada de lo que hiciste afectó el amor que siento, el profundo, inmenso, incalculable amor que siento al decir tu nombre, al recordarte vivo haciendo música, al recordarte vivo en un abrazo, al recordarte vivo frente al mar fundiendonos en ese abrazo.
Ya no hay nada de dolor. Ni rencor. Ni sentimiento alguno más que el deseo de mirarte a los ojos, y que, con esa simple acción, sepas que siempre vas a tener una amiga, una compañera que no te juzga, que no te castiga, sino que te entiende, que voy a estar ahí siempre que desees, que siempre hay un lugar en mi corazón, un lugar enooorme que vos te hiciste.

ms-
08/11/10

Re-habilitarme

La rehabilitación empezó cuando mi cuerpo me lo pidió. Fue algo como:"ya estoy preparado, quiero empezar a moverme"; cuando entendí que yo tenía que hacerlo, en la medida que pudiera, que era una cuestión de actitud. Con todo lo que sé puedo hacer mucho y es una falacia creer que tengo que ir a un lugar o que alguien me curará, por qué no creer que yo podía empezarlo. No es que no tenga que ir al osteópata, es que mi rehabilitiación empezaba en mi corazón, mis pensamientos y mi respiración. Acá, donde estoy yo, mi dolor no era/es sólo físico, y para empezar a curarme qué mejor que volver a quererme.
Es muy notorio como el dolor -físico- desequilibra todo el cuerpo. Es decir, todas las emociones. Es una cadena interminable de falsas creencias, de tristezas. A partir del accidente no pude volver a andar en bici ni entrenar, claro, tenía mucho dolor, pero sin embargo podía hacer otras actividades (hablo en pasado pero bien podría ser presente), por lo que mi mente decodificaba de esta manera: no entreno porque duele pero hago teatro porque me gusta, y siempre justificaba todo de manera que mi autoexigencia  se enfurecía y crecía, y todos los efectos secundarios del golpe  la alimentaban: empecé a comer más -desequilibré mi alimento, empecé a hincharme -desequilibré mis emociones, y ya no respiraba, o mejor dicho no me concentraba en ello, que es la vida. Entonces.... era una "gorda que no hacía nada", porque es mucho más fácil pensar así que aceptar que comer constantemente es un miedo al vacío y sentimiento de necesidad y temor a la falta, desconfianza que yo -y la vida. siempre proveemos. La hinchazón es con mis padres, por falta de autoafirmación, que no es más que conocimiento interior, aceptación y autoamor. Y recalco el autoamor porque no fue hasta que me dí cuenta que yo me quería mucho y me estaba tratando mal ( no sólo porque me retaba sino porque no me cuidaba) que tuve la necesidad de empezar a hacer algo para curarme, ya ya no solamente del golpe.
Y ahí estaba la respuesta, como siempre, parece tan mágico, y lo es. Un respiración que hace que círculo empiece a girar en otro sentido, y una vez que esto sucede ya no es tan difícil sostenerlo, es tan placentero que se trabaja con alegría.


-Malena Suhcled

La tarea

Un poco de silencio para escucharme. Para respirar y con el aire limpiar las emociones. Reciclar la energía, que la siento estancada dentro mío. Es raro porque a veces, o por algunos lados, la siento fluir tan naturalmente, aunque ahora creo que es consecuencia de otro trabajo y no me sienta produciendo nada.
De repente un recuerdo: el clima me trae recuerdos.
En otros momentos los cuestionamientos....no eran tan diferentes, pero ahora la conciencia ha despertado.
En esas épocas el silencio era muy compañero. Pienso que perdí algunos hábitos que me gustaría retomar, y no es tan difícil. Creo que nada de lo que me planteo es tan difícil. Sé que hay momentos de "debilidad" en los que no pienso lo mismo, pero podría ayudarme haciendome algún mantra, algunas palabras que me contengan en esos momentos cotidianos que cuesta atravesar... tan banales y tan importantes. Por que en definitiva las grandes filosofías son las que se practican a diario, en las situaciones más triviales. Todas esas pequeñas acciones, en perdidos momentos, las decisiones más simples, son a su vez las más complejas y definitorias, y quizá las más valiosas.
Ahora, esta noche, siento que tengo la oportunidad para corregir todo lo que quiero. Escucharme. Me siento con ganas de enfrentar lo que estoy evadiendo. Nada me queda tan lejano. Será que desde esas decisiones pequeñas vaya saliendo de la calesita, y así como una acción justifica a la otra para entrar y sentir lo que ahora, pero hacer que una respiración a tiempo conduza en sentido contrario. No es tarde. Sólo me desequilibré, encontrar el equilibrio es la tarea, al hermosa tarea que me propongo. Me siento feliz de aprender.


-MSuhcled

¿Cómo te juzgo?

No se trata de que te perdone.
Me pregunto qué es lo que te aqueja tan profundamente,
cuál será tu pensamiento más remoto,
qué escondés en lo que callas,
que ocutás en esas mismas historias.
Me siento engañada,
no se quién sos,
te desconozco.
Tengo un hueco en el corazón
o un nudo.
Desde el momento que salen las mentiras,
desde el momento que las sé,
quisiera... enojarme y reprochártelas,
pero sólo siento una
 inmensa
 intriga que
todo lo abarca.
Ahora que empiezo a entender
los baches de tu corazón,
siento una honda pena por tu desdicha.
¿quiénes serán tus fantasmas?
¿cómo se sentirá nunca saldar
 cuentas pendientes con el pasado?
tanto deseo que seas sincero
conmigo, pero sobre todo con vos mismo.
La verdad libera.
Todo lo acontecido me es tan ajeno y tan propio,
me queda tan lejos y tan cerca.
Cómo es que tu historia modifica tanto la mia.
Ojalá pudiera yo sentir
algún tipo de enojo, pero
¿cómo te juzgo padre, si soy tu hija,
sangre de tu sangre,
materia de tu materia?
cómo juzgarte padre, si soy tu hija,
te veo, y te amo.


-MSuhcled
dic'12