Escucho las palabras con el sonido de mi voz, que me persiguen como espadas. Recuerdo vívidamente todo lo que dije, y quisiera no haber dicho tantas cosas....
Sin embargo vuelven, y están ahí permanentemente para que nunca olvide quién soy, y quien fui.
Aprendo a vivir con mis defectos, sólo equivocándome sé qué tengo que mejorar.
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